La terapia familiar es un tipo de psicoterapia enfocada en el tratamiento psicológico de la familia. Su objetivo es resolver diversos problemas psicológicos y psiquiátricos de una familia o de sus miembros.
Esta terapia basada en el modelo sistémico, entiende que la familia es un sistema y sus miembros interrelacionan entre sí. Por tanto, cuando uno de ellos tiene un problema o presenta un síntoma, los demás son parte de la solución porque sufren también las consecuencias, por ello aborda al individuo en las relaciones que mantiene con los distintos miembros de la familia, pareja u otros sistemas de pertenencia significativos y todos aprenderán nuevas formas de comunicación donde juntos podrán entender que ha llevado al paciente identificado a presentar el síntoma y que juegos relacionales están ayudando a que se mantenga.
El objetivo de la terapia familiar es transformar una familia que no funciona en una familia funcional, en la cual todos los miembros de la familia puedan crecer y desarrollarse saludablemente.
En condiciones normales las familias cambian y evolucionan. Desde que se crea la pareja va experimentando cambios en el ciclo vital (nacimientos, crecimiento, adolescencia, nuevas miembros de la familia, nido vacío,…) que pueden generar crisis emocionales. Asimismo no hay dos familias iguales, y los cambios generacionales también crean nuevos problemas emocionales, relacionales, culturales y transculturales y en muchas ocasiones, las familias cargadas de emociones contrarias tratan de poner soluciones inadecuadas que les generan un mayor sufrimiento. El terapeuta observa y evalúa las dinámicas familiares, analizando las dificultades de la relación y enseña a la familia a cambiar los patrones de comunicación, relación, conductas disfuncionales y a implementar cambios positivos, en la forma de relacionarse unos con otros.
Los problemas más comunes de atención familiar son: conflictos en la convivencia, falta de comunicación, problemas padre e hijos, problemas escolares y de disciplina, TDAH, peleas entre hermanos, crisis de pareja, problemas afectivos y cualquier familia con presencia de trastorno mental o física en cualquiera de sus miembros.
Los conflictos en familias con miembros TDAH suelen ser:
- El fracaso escolar
- Las quejas en el entorno
- Los conflictos en el colegio
- La instauración de hábitos y normas
- Autoacusación entre los padres ¿Quién ha pasado la genética?
- La sobrecarga de estrés por sobreestimulación de los padres.
- Complicaciones conductuales (drogas, conductas agresivas).
Especial interés requiere cuando el niño con TDAH es adoptado y los padres se sienten especialmente sensibilizados con la falta de comprensión respecto de los problemas en el origen y el TDAH.
Lda. Belén Neira, Máster en Psicología de Familia